La aparición del odiado acné puede combatirse cada vez con más y mejores tratamientos.
Existen varios tratamientos y posibles soluciones, uno de los más efectivos es el tratamiento IPL o también conocido como tratamiento de luz pulsada.
Para ello se utiliza un pulso de luz con una longitud de onda de 400nm que actúa sobre la epidermis y más concretamente sobre los vasos sanguíneos que alimentan a las glándulas sebáceas, consiguiendo que éstas produzcan menos sebo, y al mismo tiempo se elimine la bacteria que se ha formado por la infección sin daño alguno para nuestra piel.
Además ayuda a la disminución de las posibles marcas que el acné pudiera haber dejado en nuestro rostro.
El número de sesiones dependerá de cada caso. Lo que sí hay que tener claro que antes de decantarse por uno u otro tratamiento hay que ponerse en manos de un especialista y de un centro o clínica que cumpla con todos los requisitos para llevar a cabo el tratamiento.
Además, un buen asesoramiento nos ayudará a dar con el tratamiento más efectivo para cada caso, ya que incluso dependiendo del tipo de acné pueden combinarse con otros tratamientos para hacerlos aún más efectivos, como el ácido glicólico.